Crónica del viaje a Marrakech

¡Los Reyes existen!

 

Van de blanco y vienen de Chamartín. La llegada del Campeón de Europa a tierras africanas se vivió con el sentimiento desbordado de quien se sabe capital del mundo por unos días.

 

Marrakech es tierra de contrastes y sabores imposibles. Pero por encima de todo es sentimiento. La calle es un bullicio desordenado que sirve de escenario improvisado para trabajar, vivir y relacionarse con los muchos turistas que la visitan. Y el fútbol ocupa un espacio central en sus vidas.

 

El madridista lo es sin freno ni disfraz. Lo respira por los cuatro poros y hace gala de su pasión a cada paso que da.

 

Para los fans que tuvimos la fortuna de compartir con ellos unas horas fue una experiencia de camaradería imborrable. No había calle que no pasaras en la que no te pidieran una foto porque los marrakechinos viven el madridismo como lo sienten, en comunidad y fiesta permanente.

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Da igual los kilómetros que separen de Madrid. El sentimiento madridista no encuentra fronteras y es mucho más que goles, títulos o camisetas. En el inadecuado estadio, los madridistas marroquís de la Peña CASA de Casablanca pondrían nuestro color blanco, el precioso tifo elaborado con pasión y el calor de su apoyo ferviente. Los Fans RMCF, las canciones desde antes del pitido inicial, hasta después del pitido final, como es nuestra norma.

 

Enfrente, un equipo condenado al exilio, en su propio Buenos Aires, desde 1979. Posiblemente, la mejor hinchada del Mundo. Esa cuyas canciones han adaptado las gradas más alejadas por todo el planeta fútbol. Toda nuestra admiración y respeto para los 12.000 hinchas de San Lorenzo que cruzaron el Atlántico, para estar con los suyos al calor de una ilusión que la razón les decía imposible.

 

El resto estaba escrito: 2-0 y Campeones del Mundo sin despeinarnos. Que gran regalo de Navidad nos ha dado nuestro equipo.

 

¡Que tiemblen nuestros rivales, 2015 empieza en el Calderón!

 

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