Yo soy espía

Este artículo es una respuesta a otro publicado en la web Todo al blanco en el que se vertían acusaciones contra mí y, de paso, contra Primavera Blanca. Puesto en contacto con los responsables de la web, y en virtud del derecho a réplica, publicaron el texto que viene a continuación. Aunque no exactamente: el nombre del autor del artículo original y protagonista de los hechos que aquí se narran, fue sustituido SIETE VECES por su nick de Twitter, desapareciendo por completo.

“Habrá sido un error”, me dicen en un principio.

Y después: “Ayer la entrada de Mario podía llevar tu nombre y apellidos y desde TAB se dijo que jamás se darían. Y por supuesto tampoco vamos a dar los de Mario. Si nos dices cómo recomponer la frase lo hacemos de inmediato. Y si decides poner sus datos en otro sitio, ya es asunto tuyo que dará aún más veracidad a su entrada”.

Pues dicho y hecho, he aquí el artículo tal y como lo escribí, sin “errores” y sin censuras. O publicas o no publicas, pero no te puedes arrogar la potestad de cambiar el texto y mucho menos sin consultar al autor. De haberlo sabido, ni me habría molestado en contestar a través de Todo al blanco.

No tocaremos ni una coma, me dijeron…

 

 

Yo soy espía

by Richard Dees, miembro de la Junta Directiva de Primavera Blanca y, si eso, autor de El Radio

Qué divertido es el mundo de las redes sociales. Y no tan diferente al mundo físico, ése que algunos denominan el mundo “real”. De hecho, casi todas las leyes que rigen en éste son perfectamente válidas en el primero. Por ejemplo, la archiconocida “ley del embudo”: la parte, la manga, ancha para mí y mis colegas, la estrecha para todos los demás.

Hoy, gracias a un artículo publicado en esta web, Todoalblanco, me he enterado de que, además de un espía sin escrúpulos, soy un bicho raro. Ha resultado ser que, en mi inmensa candidez, no hay nadie más, pero nadie, NADIE, que, por ejemplo, haga capturas de mensajes publicados en Twitter por si las moscas. Y las moscas se llaman borrado precipitado de tuits tras haber metido la pata –mira, en eso también soy raro, nunca borro mensajes– o candado y cierra Twitter para que sólo aquellos privilegiados de mi entorno puedan leer las genialidades que escribo.

Sí, es verdad, confieso que, como en aquella vieja serie de televisión, yo soy espía. No sé si de la CIA, el KGB, la Stasi o de Mortadelo y Filemón, Agencia de Información, pero es cierto que, ¡oh, pecado nefando!, hice tres capturas de la cuenta de Twitter de @MarioMacRod. Más aún, también he de confesar que mi intención era hacer más, unas cuantas capturas más, pero me fue imposible. ¿Razones? Esta vez no fue mi proverbial torpeza tecnológica, algo más complicado que un enchufe me produce fuertes jaquecas, sino que el anteriormente citado decidió, así, de repente, aunque supongo que sus razones tendría, poner un candado en la puerta de su cuenta de Twitter para que nadie ajeno a su círculo accediese a ella.

Como soy raro y un poco antediluviano, ni me gusta hablar con máquinas, ni suelo entrar en lugares a los que no he sido invitado. Menos aún a aquellos que te reciben con un cartel de Propiedad privada, prohibido el paso, por lo que nunca jamás solicito autorización para que alguien en Twitter tenga a bien concederme el visado para entrar en su cuenta. Así que, ya que a través de Twitter no podía “dar el toque”, me las arreglé para agenciarme su dirección de correo electrónico, dato ultra secreto donde los haya, el mío sólo lo conocen unos pocos iniciados, y le mandé las capturas de parte de lo que había dicho aquella noche en Twitter.

A propósito de esto: si quieres viajar, y de hecho viajas, a Sevilla para animar al Real Madrid y, para que te tengan en cuenta y te incluyan en la expedición de la grada del extinto Fondo Sur (torticeramente utilizada por el eje del mal, convencido estoy de ello, para forrarse el riñón, ¿o de eso tampoco hay pruebas?), le das, a título personal, tu dirección de e-mail a @Diosamaracana, no esperarás que esa persona, que tiene nombre, cara y ojos, y tú conoces perfectamente, y toda la lealtad que a ti te falta, no conozca a Fulanito, amigo de Zutanito, y que si le estás injuriando no se lo comunique, incluso para que si toca te persiga judicialmente. Peligrosa red de espionaje.

(Inciso: algún biempensante creerá que lo hice, mandar las capturas, porque no tenía una cabeza de caballo a mano, pero nada más lejos de la realidad).

Pero estoy divagando, enredándome con los preámbulos, y haciendo que, como tantas veces he criticado, miréis el dedo y no la luna. Y la luna, grande y brillante, no son las capturas en sí, sino lo que en ellas se dice. Veamos cómo fueron los hechos realmente:

Mario Mac Rod pertenece a la Grada de Animación (GA) del Bernabéu, pero a un partido no puede ir. Como buen ciudadano, se lo comunica al responsable de la peña Orgullo Vikingo a través de la cual ha accedido a la GA y éste, como en otros casos, adjudica el abono a alguien que está “en el banquillo” de los graderos. Sin embargo, al final decide que sí, que va al partido y, terrible decepción, ya no tiene abono. Hasta aquí, todo normal, pero, en vez de lamentarse por su mala cabeza, y a pesar de que Orgullo Vikingo consigue solucionar la situación con el Club, lo que hace es desbarrar y lanzar acusaciones –falsas, y sabe positivamente que son falsas– sobre ventas fraudulentas de abonos.

“Te numeran el abono pero no tienen capacidad para que cada uno se siente en su sitio, vendan entradas con tu abono que no has cedido…”

(Por cierto, sentarte en la GA, fantástica manera de animar. Pero se anima de pie. Todo el partido)

Para empezar, la Grada si tiene capacidad de situar a cada uno en su localidad. Pero como dice el contrato que ha firmado Mario Mac Rod con el Club, la localidad la decide la dirección de la Grada, sin que la que señala el abono (completamente aleatoria, a pesar de que hay distintas categorías de entradas) tenga otro valor que el de controlar el aforo máximo, y confiera otro derecho que entrar en la Grada en el sector de los 4 que indica.

Turbios tejemanejes:

“Lo veo chungo porque el tejemaneje que hay lo consiente el club. Gracias”

Errores en la lista de cesiones:

“Me informa mi responsable de que ha habido un error en la lista de cesiones y se ha colado mi abono. Así queda solucionado el tema”

Cuando ha sido Mario Mac Rod quien comunicó a OV que ese día no le verían el pelo por el Bernabéu. Orgullo Vikingo tiene ese procedimiento, como cada sector tiene el suyo. En Primavera Blanca es obligatorio un email. Y todo lo anterior trufado de amargos lamentos:

“Y ni dios te hace caso, pero claro si no hacen caso a los socios, a mí que no soy ni socio ni primavero… pues es lo que me toca, contarlo así”

Cuando, vía RT y esas cosas de Twitter, los tuits injuriosos de Mario Mac Rod llegan a la gente de Primavera Blanca, los responsables del Sector –sin tener ni idea de quien pueda ser ese tal Mario Mac Rod- los ponen en conocimiento del Comité de Grada y del Club. Es obvio que alguien que dice que está en la Grada está vertiendo graves acusaciones sobre la Grada. En definitiva, llamándoles ladrones o trincones.

“Dice el señor del megáfono que esto es una GA y aquí se viene a animar… le faltado puntualizar “y a trincar””

Cuando, por el motivo que he explicado, se conoce que el tal Mario Mac Rod es en realidad Mario Macías, el responsable de Orgullo Vikingo comunica al Comité de Grada que es de su sector, y con ánimo de que se le disculpe su actuación injusta y desleal con la Grada y con el esfuerzo de sus compañeros, del que por otra parte poco ha participado hasta la fecha Mario Macías, que “es un bocas pero no es mal chico”. Pero los de Primavera Blanca no se dan por satisfechos. Aguantan a diario centenares de injurias y calumnias de valientes anónimos en Twitter, que pasan por alto para no rebozarse en el mismo fango del que se alimentan sus calumniadores, pero no están dispuestos a pasar por alto las de un miembro de la Grada. Solicitan al responsable de Orgullo Vikingo que Mario Macías se disculpe en Twitter, para reparar el daño causado.

Entonces, Mario Macías publica un tuit que dice: “Y fin del mismo que hay cosas más importantes en la vida”, y pone el candado en su cuenta. El presidente de Primavera Blanca entiende que eso no es disculparse, y la Junta Directiva aprueba por unanimidad su propuesta de dirigir una carta al Club al día siguiente, sometiéndole el caso con las capturas de sus tuits y solicitando que se abra expediente a Mario Macías. Primavera Blanca comunica su decisión a los demás grupos de la Grada.

En un acto de blandura, del que por lo visto voy a tener que arrepentirme –juro que no lo volveré a hacer–, intentando evitar la apertura del expediente, envío al correo de Mario Macías las capturas de su tuits –anteriores a que ponga el candado a la cuenta- para que sea consciente de que no va a poder evitar –borrando los tuits o poniendo el candado- que se conozca el contenido de sus injurias a la Grada, y reflexione sobre la oportunidad de disculparse de verdad, como haría un hombre honesto. No le digo más palabras que “Te mando unas capturas para el archivo”. Por supuesto, no le voy a decir lo que cualquier persona decente pensaría que tiene que hacer, porque le supongo mayor de edad.

Primavera Blanca dirige su comunicación al Club. Dos días después, recibe en el Comité de Grada la noticia de que Mario Macías ha solicitado la baja voluntaria de la Grada. La siguiente noticia de este hombre es que, la gallardía que no ha tenido de mirar a la cara a sus compañeros de Grada injuriados, sí la tiene para publicar en TAB una versión del suceso que sólo tiene una víctima: la verdad. No creo que le ahorre la acción legal de Primavera Blanca, y posiblemente de al menos otros dos grupos de la Grada.

Es muy fácil largar en una red social, sobre todo si te jalean palmeros interesados, o en cualquier otro medio de Internet. Lo que resulta más complicado es hacerlo con aquello que les pedimos un día sí y otro también a los ciudadanos periodistas: pruebas. Pero pruebas de verdad, no chascarrillos de taberna o leyendas ciberurbanas.

Por mi parte, una y no más. No pienso participar en más controversias como ésta. Entre otras cosas, porque los espías hemos de ser discretos y, como a los vampiros, no nos conviene exponernos demasiado a la luz pública.

PS: Un consejo que puedes aceptar o tirar al cubo de la basura. ¿Te preocupan los estafadores? ¿Te preocupan los que, con malas artes, intentan apropiarse del dinero que no les pertenece? Lo tienes muy fácil. No te fijes en Primavera Blanca, que nunca te hizo nada, y echa un vistazo a tu alrededor. Está muy cerca de ti, seguramente aplaudiendo y jaleándote. Y lo sabes a la perfección porque fuiste uno de los estafados.

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