muñoz

La opinión pública es el instrumento de que se sirve un medio de comunicación para imponer su agenda al poder (con el que no infrecuentemente se retroalimenta).

Aunque algún aficionado a los fenómenos paranormales haya promovido en su día manifestaciones no autorizadas ante el Corte Inglés, pensando así favorecer al club, en el caso del Real Madrid la opinión pública sólo juega un papel a favor de las agendas de los medios cuando se expresa en el Estadio Bernabéu.

A modelar la opinión del Santiago Bernabéu se dirigen, pues, los esfuerzos de la prensa escrita y audiovisual. Así, aunque el primer objetivo de un madridista es que gane su equipo, la expresión de esa opinión pública, creada mediante la reiteración de la opinión publicada, puede incidir muy negativamente en el rendimiento del equipo. 

Si la opinión creada va dirigida contra uno o varios jugadores, perjudica su desempeño; si se opone a las decisiones sobre la alineación, socava la autoridad del entrenador ante la plantilla. Todo ello –se trate de jugadores demonizados por el público, se trate de jugadores a salvo de la competencia o de la suplencia- origina la pérdida de competitividad.

Tal pérdida de competitividad mina la confianza del presidente en el entrenador, y como el entrenador es generalmente el eslabón más débil, lo fácil es que se rompa por ahí la cadena, lo que impide la consolidación de los proyectos deportivos, entrándose frecuentemente en procesos cíclicos de autodestrucción.

Nuestra historia nos enseña que si, frente a la opinión publicada, el presidente se empeña en la defensa de un proyecto -de un entrenador- sufre un desgaste considerable, que puede poner en riesgo su presidencia. Ocurrió incluso en el caso de un presidente singular como Santiago Bernabéu, en su defensa empecinada primero de Muñoz, y luego de Miljanic. Y entonces los tiempos eran otros, en los que todo lo que oliera a crítica a la autoridad era sospechoso, lo cual jugaba a favor del Presidente junto a su indiscutible prestigio. Tampoco fue precisamente leve el desgaste de imagen a que sometieron los medios a Florentino Pérez por su defensa de Mourinho.

Una de las características sociológicas del madridismo, derivada del inigualable palmarés del mejor club del mundo -y no causa de él, como muchas veces se dice erróneamente- es la impaciencia, la ansiedad. Eso hace más vulnerable al Santiago Bernabéu a las campañas de creación de opinión, y por lo tanto más peligroso para el propio interés del madridista, que, como decimos, es que gane el equipo.

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