COMUNICADO Nº 1 – 15.12.2012

 

 

Asunto:

Discurso del Presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, el 15 de diciembre de 2012 en el acto de imposición de insignias a los socios.

Además de felicitar, como hacemos, a los socios objeto de homenaje, entre ellos varios miembros de nuestra asociación, deberíamos felicitarnos porque en el discurso que hizo hoy nuestro Presidente anida el mensaje mismo de PRIMAVERA BLANCA.  Cuando advierte que el Madrid ha llegado a donde ha llegado porque “tenemos el orgullo de querer dirigir nosotros nuestro destino está señalando los dos pilares que sustentan la grandeza del Real Madrid, que coinciden con la reivindicación esculpida en el nombre de nuestra Asociación: Orgullo e Independencia.

El Presidente pone el Orgullo como causa y la Victoria como condición de la Independencia. Así lo hace cuando, con respeto a la pluralidad de todo orden que desde su origen fue seña de identidad del Madrid, reclama “la unidad institucional imprescindible para alcanzar la victoria y seguir siendo independientes. Deberíamos felicitarnos de la feliz coincidencia con los propósitos fundacionales de PRIMAVERA BLANCA publicados hace sólo unos días.

Pero nuestra misión, como asociación de los madridistas orgullosos, no es la complacencia. Estamos obligados a preguntarnos por qué lo más significativo del mensaje del Presidente es, precisamente, que se tenga que recordar lo obvio. Qué estamos haciendo mal, como club y como afición, para haber permitido que se llegara a una situación en la que la obviedad es revolucionaria.

La debilidad del Club frente a los medios ha permitido que la presión que ejercían se multiplicara exponencialmente. El Presidente tenía que haber intervenido mucho antes para desactivar una situación que cebaba la bomba de la autodestrucción del proyecto deportivo del Club. Y no hacían falta discursos: Bernabéu desactivaba estas situaciones con un gesto. Justo es reconocer que Florentino tiene todo mucho más complicado. La dimensión económica de los intereses en juego no tiene nada que ver, y las maniobras y presiones son directamente proporcionales a ella. Pero un gesto ante los medios y un discurso en el vestuario obraban milagros entonces y los seguirían obrando ahora, si provinieran de una actitud decidida.

A este respecto, es dudoso que el Presidente acierte al dar por descontada “la entrega” a una plantilla que tiene demostrados, en eso coincidimos, “la capacidad y el talento para lograr todos los desafíos”. De ninguna manera nosotros se la negamospero, mucho más que los socios y la afición, el colectivo de los jugadores debe ser el principal destinatario del mensaje de “unidad imprescindible para alcanzar la victoria”.  El fundamento de la unidad en una tropa de combate -y un equipo de fútbol es la sublimación de una tropa de combate- es el respeto absoluto de la línea de mando. Es responsabilidad del Club recordar, si es que alguien lo hubiera olvidado, que la falta de entrega y compromiso con la camiseta blanca (lo que incluye minar la unidad de acción del equipo) no tiene indulto en el Madrid, como no lo tienen los puentes con el Club que cortocircuiten la libertad de acción del entrenador. No queremos que nuestros jugadores juren por el escudo, tan sólo que defiendan la camiseta con la máxima profesionalidad e integridad. Así tendrán siempre el respaldo y el cariño de la afición, que el arraigo del color blanco en los sentimientos ya lo ponemos los madridistas.

El deterioro producido en el proyecto deportivo por la situación que hoy enfrentaba nuestro Presidente “desde el cariño y el respeto” es de tal magnitud que le recuerda “experiencias tristes que nos han obligado a hacer frente a quienes pensaban que podían manipular la vida de este Club”. El afán de decidida defensa, precisamente, que ha desatado la euforia entre los madridistas orgullosos de todas partes del mundo por el nacimiento de esta Asociación.

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Y desde el cariño y el respeto, no protocolarios sino sinceros, tenemos que decir a nuestro Presidente que PRIMAVERA BLANCA comprende su lenguaje y la posición institucional del Club, pero discrepa de ella. Respeto no se le tiene a quien lo pierde para uno mismo. Y no se puede sentir cariño, ni siquiera respeto, por medios de comunicación que se solidarizan abiertamente con manifestaciones de sus redactores que, como ha dicho a continuación el Presidente, atentan contra la dignidad del máximo responsable deportivo del Real Madrid.

En el camino que va de las afirmaciones a los hechos, si nuestro entrenador, por mantener el nivel de exigencia -propia y a la plantilla- que demanda la camiseta blanca “ha tenido que soportar ataques y descalificaciones desproporcionadas e injustas, y algunas de ellas que afectan a la dignidad de la persona”, no nos parece coherente que los medios que han protagonizado esa injusticia y atentan contra los derechos de la persona vean alimentada por el Club su estrategia de ventas.

PRIMAVERA BLANCA se posiciona a favor de que, con estricto y escrupuloso respeto a la libertad de información, desde el Club se niegue el trato amistoso a medios de comunicación hostiles. La pérdida del trato amistoso por parte del Real Madrid debe incluir la del uso del patrimonio de los socios, del que forma parte la marca Real Madrid, como instrumento comercial por esos medios hostiles. Por ser más concretos, nos referimos a los distintos productos promocionales que ofrecen habitualmente los diarios deportivos.

Destacar finalmente, para solaz de madridistas, el espectáculo que ofrecían esta mañana las redes sociales. Ver a los popes de la rabia mediática antimadridista rasgándose las vestiduras al asumir que, para nuestro Presidente, Mourinho es la consecuencia del nivel de exigencia de un Madrid que “aspira a ganar todos los desafíos”, significa que el discurso de hoy nos pone en el buen camino. Pero que el portero mande el balón a la zona despejada de presión es sólo el principio de la jugada. Para hacer el gol hay que desarrollar bien todo lo que sigue. Si es para ganar el partido, el Club puede dar por descontada la máxima lealtad y la mejor disposición de PRIMAVERA BLANCA, Asociación por el Orgullo y la Independencia del Real Madrid.

Manifiesto fundacional de Primavera Blanca

Punto I. Durante los últimos años algunos medios de comunicación con sede en Madrid pretenden condicionar las decisiones que, ciñéndonos estrictamente a los estatutos del Real Madrid Club de Fútbol, sólo corresponde adoptar al Presidente y demás órganos de gobierno.

En temporadas pasadas hemos vivido antecedentes escandalosos de esta clase de prácticas. En la presente, la intromisión ha tenido como objeto principal, pero no único, el ámbito competencial de la dirección deportiva de la sección de fútbol. Con descarado atrevimiento se ha pretendido interferir las decisiones operativas del entrenador del primer equipo, presentando a la opinión pública como un abuso de autoridad acciones o decisiones que forman parte del normal ejercicio de las competencias de este puesto.

El objetivo primodial de esta manipulación es expulsar a un técnico que goza del reconocimiento de los madridistas porque su indiscutible capacidad de dirección deportiva se tradujo en el inmediato retorno de los triunfos, en volver a pelear sin entregarse todas las competiciones, y en el regreso del Real Madrid C.F. a un perfil de seriedad que, entre otras muchas cosas, exigía poner punto final al tradicional compadreo entre periodistas, futbolistas, agentes y gestores de medios. Una situación que, por contribuir a la imagen de irrelevancia institucional del Club y agudizar sus debilidades, ha escandalizado siempre a quienes nos sentimos orgullosamente madridistas.

Punto II. Un sindicato de medios de comunicación, cuyas líneas editoriales mantienen una sospechosa uniformidad, maneja su pretensión mediante reconocibles técnicas de la propaganda capaces de convertir en verdad cualquier mentira mil veces repetida. Esta maquinaria poderosa y entrenada, obediente a intereses opacos, monopoliza la opinión publicada. Nada oponemos a que utilicen la libertad de expresión para conducir sus reiterativas campañas: serán sus lectores, oyentes y espectadores quienes terminarán por percibir que su rasgo esencial, la evaluación asimétrica de situaciones similares protagonizadas por distintos sujetos, resulta tan escandalosa que ofende a su inteligencia. Pero sí nos oponemos, radicalmente, a operaciones de desinformación como las articuladas en torno a la trayectoria deportiva reciente del Real Madrid

No aceptamos que la anécdota se trasmute en categoría para perjudicar la armonía que debe reinar entre los distintos estamentos del Club. No aceptamos que cualquier circunstancia irrelevante se convierta en titular o incluso en portada, para generar estados de opinión contra nuestros jugadores. No aceptamos que todo lo anteror se use para relegar las noticias que harían crecer a nuestros futbolistas en la estima de la afición madridista. No aceptamos que se difundan falsas noticias sin el mínimo contraste para enajenar el respeto y el prestigio a nuestros jugadores y entrenador. Y aceptamos aún menos que todo esto el cada vez más habitual empleo de la injuria contra los madridistas, práctica de la que nosotros mismos hemos sido víctimas.

Punto III. Cuando a un comportamiento tan dañino para los principales activos patrimoniales del club y tan corrosivo para nuestro potencial éxito deportivo le sigue incluso la formulación del nombre de un nuevo entrenador por parte del director de uno de los medios más implicados en la campaña, tenemos derecho a preguntarnos: ¿Nos están ofertando un “seguro de lunas”? ¿Se le propone al Club intercambiar las portadas amables de mañana por la designación del entrenador del primer equipo? Aquello que, en otras circunstancias, podría ser tomado como una lícita sugerencia de la crítica especializada –de la pequeña fracción de la prensa deportiva que rigurosamente hablando nos merece tal consideración-, se nos antoja en las actuales como una “oferta que no rechazarán” los órganos de gobierno del Madrid.

Estamos seguros de que nuestro Presidente y su Junta directiva no cederán a ninguna forma de chantaje en el ámbito soberano de su decisión. Pero ni ellos, ni la plantilla, ni el resto de los madridistas tenemos por qué estar sometidos a esta presión exagerada. Ninguno queremos ver cómo se zarandea a la afición, cómo se daña al Club para hacer descarrilar sus proyectos. Y este es el horizonte actual, un panorama que nosotros, madridistas de a pie, no estamos dispuestos a tolerar en la medida que nuestra inteligencia y voluntad lo permitan.

Punto IV. El madridismo es un patrimonio emocional universal que compartimos hombres y mujeres de todas partes del mundo y cuya dimensión excede el propio Club del que nace y que lo personifica. En las redes sociales del madridismo orgulloso nos hemos conocido, hemos compartido nuestras ideas, y resistiendo los embates del pensamiento único, nos hemos aprestado a combatir, cada uno desde su propia trinchera, un maltrato informativo que cada día ofende nuestro orgullo de madridistas.

De ninguna forma aspiramos a interferir en el ejercicio de competencias de la Junta Directiva, a la que sin necesidad alguna de nuestra intervención llega nítidamente el apasionado clamor de esta parte del madridismo que ni se ha dejado abducir por la propaganda ni negocia recompensas por someterse a sus designios. Pero nadie deberá aspirar a ver nuestra opinión encadenada a los parámetros de una corrección política establecida por los medios de masas a conveniencia de las organizaciones internacionales y nacionales que manejan y soportan el tinglado del fútbol.

Ante los medios de comunicación, reivindicamos orgullosamente nuestra independencia. Nuestras posiciones están ahí, son públicas y conocidas de los medios, pero sospechosamente no encuentran ni el más mínimo eco en sus programas, sus artículos, sus tertulias y sus editoriales. Todo se reduce a alguna descalificación genérica, en tono insultante, basada en tópicos que de ninguna forma responden a la composición sociológica y la amplitud y diversidad cultural de quienes compartimos este pensamiento. A nosotros sólo nos mueve la pasión intelectual, la rebeldía ante la patente injusticia y ante el abuso del monopolio de la opinión publicada.

Punto V. Por los motivos expuestos, constituimos PRIMAVERA BLANCA, una asociación fundada por más de 200 socios del Real Madrid pero abierta a todos los merengues del planeta. PRIMAVERA BLANCA nace con la vocación de vertebrar la opinión de los madridistas usando como materia prima solamente la opinión de cada seguidor de cualquier parte del mundo, lo que hoy hacen posible las tecnologías de tratamiento de la información y las comunicaciones. Consideramos nuestra misión defender la independencia del Club frente a los grupos de presión y promover una imagen del Real Madrid de la que podamos sentirnos orgullosos, por hacer bandera de la irreductible rebeldía frente a la derrota, y por poner el mérito, la capacidad y la profesionalidad por encima del lugar de nacimiento o de formación, o de las relaciones y amistades con los profesionales de los medios de comunicación.

El hecho de estar cerrada hace años por el Club la admisión de nuevos socios no nos permite tomar el carnet como única credencial del madridismo. Por ello, hacemos un llamamiento a todos aquellos, en cualquier parte del mundo, que comparten el patrimonio emocional representado por la camiseta blanca: si al leer este texto se han sentido identificados con los principios en él defendidos, les animamos a que formar parte de la asociación, haciendo entre todos posible, desde la independencia, la firmeza y el madridismo, una nueva PRIMAVERA BLANCA.